El mercado actual está fuertemente marcado por la globalización y el uso de las tecnologías de la información (TI).
Hoy en día para que una empresa sea competitiva debe ser rápida y flexible para adaptarse a los cambios y poder adelantarse a la competencia en busca de la satisfacción del cliente.
Por lo tanto, la transformación digital es una obligación para todas aquellas entidades u organizaciones que no quieran quedarse obsoletas y ver estancado su crecimiento y reducida su capacidad de luchar con la competencia.
Muchas empresas han optado por la metodología Agile para poder afrontar esta digitalización con éxito y así poder responder a las necesidades cambiantes de los clientes. Aplicar el método Agile en una empresa u organización implica un profundo cambio cultural.
La metodología Agile permite adaptar la forma de trabajar de una empresa para ser más flexible y rápida a la hora de responder a los cambios que se producen en su entorno. Con el cliente como centro principal, todos los procesos y tareas deben ser subdivididos en porciones más pequeñas y fáciles de abordar, que serán entregadas en un periodo corto de tiempo.
Dentro de las metodologías Agile se encuentran distintos tipos como Scrum, Kanban, Agile Inception o Design Sprint (esta última es la metodología Agile de Google).
El método Agile surgió en el año 2001 tras una reunión de 17 expertos que se reunieron en busca de formas para mejorar el desarrollo de software. De esa reunión surgió el manifiesto Agile que está basado en cuatro postulados donde se da más valor a nuevos criterios por encima de los tradicionalmente establecidos.
Basándose en estos cuatro principios, el manifiesto Agile recoge doce principios de actuación para el desarrollo de software:
A pesar de que el manifiesto Agile se desarrolló para empresas de creación de software, con el paso del tiempo todo tipo de organizaciones han adoptado este método de trabajo.
La metodología Agile es utilizada por muchas empresas de éxito, que les permite adaptarse a un mercado muy dinámico donde las exigencias y necesidades de los clientes cambian rápidamente.
La principal ventaja del método Agile es la mejora de la satisfacción del cliente. Otros beneficios de adoptar Agile como metodología de trabajo dentro de una empresa son:
La metodología Agile permite que la reacción de la empresa ante cualquier problema o incidente sea mucho más rápida. La toma de decisiones se realiza con mayor celeridad y de forma mucho más certera.
La relación estrecha y colaboración con los clientes permite conocerlos mejor y a través de sus sugerencias y comentarios (feedback), interactuar de forma inmediata en busca de cumplir sus expectativas e incrementar su nivel de satisfacción.
Mejora la calidad
Los productos y servicios son desarrollados teniendo en cuenta la interacción con los clientes, por lo que se les ofrece una mayor calidad que cumpla con las expectativas de los mismos.
La asignación de recursos está optimizada en el método Agile, permitiendo reducir los tiempos de trabajo y reduciendo los costes asociados. Este ahorro en recursos junto a la eficiencia y rapidez de actuación permiten incrementar la productividad de las organizaciones Agile.
El cambio en la forma de hacer las cosas, dividiendo las tareas y procesos en otros más pequeños, sencillos y rápidos de finalizar, consigue que los trabajadores se impliquen más con los objetivos de la empresa.
En un entorno Agile, los trabajadores reciben los recursos y herramientas necesarios para poder realizar su labor de forma más rápida y eficiente por lo que su grado de satisfacción es mayor.
El método Agile y la transformación digital deben ir de la mano, ya que Agile proporciona el marco adecuado para facilitar la transformación digital de cualquier empresa u organización. Las dos razones principales por la que esta metodología es adecuada para afrontar el cambio tecnológico y la digitalización de los procesos, infraestructura y software de una empresa son:
Uno de los grandes problemas que se encuentra una empresa para realizar una transformación digital rápida y eficiente es que su cultura y forma de hacer las cosas de manera tradicional, no apoya bien la innovación y los cambios tecnológicos. Agile supone un cambio en la forma de trabajar que afecta a la cultura empresarial.
El método Agile es flexible y dinámico, y prepara a una organización para adaptarse a los cambios y abrazar la innovación. Agile consigue una mejor alineación del negocio y las TI, proporcionando una mayor velocidad de reacción ante los cambios del mercado y la adopción de nuevas tecnologías.
La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, por lo que la flexibilidad y adaptabilidad a los cambios que propone Agile permite que la empresa evolucione al mismo ritmo, minimizando errores y maximizando el valor de la entrega a los clientes.
Para que una empresa triunfe en el mercado actual es necesario que innove y se adapte a las nuevas tecnologías. Para poder crecer y luchar con la competencia es imprescindible afrontar una transformación digital en la empresa y la metodología Agile proporciona el marco adecuado para hacerlo.
Ambit lleva años trabajando con metodologías agiles en sus proyectos de desarrollo de software. Scrum, por ejemplo, permite al cliente estar cerca del desarrollo, colaborar en la toma de decisiones funcionales y ver la progresión de este semanalmente, por otro lado, permite al equipo de desarrollo tener un feedback constante con cada subida de código, evitando errores de comunicación, falta de entendimiento de necesidades y haciendo que los esfuerzos sean mucho más efectivos.
En un mundo donde las TI son el núcleo de las empresas, abrazar una nueva cultura empresarial enfocada en el cliente y que se adapta a los continuos cambios es la solución para ser competitivos y poder cumplir los objetivos de productividad y crecimiento. Agile se ha convertido, más que en una opción, en una necesidad a la hora de afrontar una transformación digital con éxito.
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