Las ventajas de la formación continuada la convierten en una herramienta idónea para mejorar el perfil profesional de los trabajadores sanitarios. Su alto grado de especialización, su orientación práctica y su constante actualización figuran entre sus principales méritos. A todo ello hay que sumarle el impulso evolutivo que han experimentado estas capacitaciones a raíz del coronavirus. Es ahora, cuando todo indica que tales adelantos llegaron para quedarse.