Las nuevas tecnologías y el trabajo en la nube han dado origen a muchos acrónimos y nuevos términos que muchas veces tienden a confundirse. Dos de ellos son IaaS y virtualización, sistemas que optimizan los recursos TI (tecnología de la información) de distinta forma. Esta estrecha relación entre ambos conceptos, ha derivado en una apreciación incorrecta, considerándolos como sinónimos.
En este artículo vamos a definir ambos conceptos, exponiendo sus diferencias y reflejando la virtualización como base para la infraestructura como servicio. Para ello comenzamos definiendo cada uno de estos términos:
El acrónimo IaaS proviene de Infrastructure as a Service (Infraestructura como servicio). Se trata de un servicio en la nube que da acceso a una estructura informática a través de internet y que se caracteriza por su gran flexibilidad.
En este modelo, el proveedor alquila una infraestructura y la ofrece como un servicio en internet. El cliente puede escoger qué servicio necesita (on demand) y proceder a alquilarlo. Entre ellos, puede elegir recursos como capacidad de proceso, cantidad de memoria RAM, espacio de almacenamiento en disco duro, y elegir estructuras como firewalls, routers, sistemas de backups.
El cliente puede ir aumentando o reduciendo estos servicios, según varíen sus necesidades. Además, se despreocupa del mantenimiento del software o el hardware, que está a cargo del proveedor del servicio.
Un ejemplo de una infraestructura IaaS es Amazon Web Services (AWS). Se trata de un conjunto de herramientas de servicios cloud que proporciona la empresa Amazon. Entre esas herramientas destacan cloud computing, bases de datos, creación de redes virtuales, aplicaciones empresariales, gestión de aplicaciones móviles, etc. Otros ejemplos de IaaS son Microsoft Azure y vCloud.
La virtualización es un proceso mediante el cual, de una máquina física existente, se crean una serie de máquinas virtuales que hacen uso de los recursos hardware de la máquina física, todo ello a través de un software específico. Así, es posible ejecutar varias máquinas virtuales con sistemas operativos distintos y diversas aplicaciones. Todo ello desde el mismo servidor físico. Este modelo aumenta la eficiencia y reduce mucho los costes (evitando tener que comprar hardware para cada servidor).
En la virtualización, los recursos hardware se dividen mediante un software para crear varios entornos de ejecución, lo que permite el ahorro de recursos. Este software de virtualización permite asignar a cada máquina virtual unos recursos hardware determinados.
La virtualización de servidores permite ofrecer mayor disponibilidad y flexibilidad de los recursos de un servidor físico, pudiendo dar servicio a múltiples redes. Algunos ejemplos de software para realizar estas virtualizaciones son VMware vSphere Enterprise (el software de virtualización más utilizado) , Microsoft Hyper-V o Citrix XenServer (software gratuito de código abierto).
Los IaaS basan su servicio en la virtualización de servidores, es decir, con un software de virtualización, crean sobre un servidor físico una serie de máquinas virtuales que son las ofrecidas a los clientes, permitiendo que los mismos elijan las capacidades de hardware que necesitan y otras estructuras de red como cortafuegos o copias de seguridad.
Por lo tanto la principal diferencia entre ambos conceptos es que la virtualización utiliza un software que hace uso del hardware del servidor. Mientras que la infraestructura como servicio hace uso de esa virtualización para ofrecer sus servicios. Se trata de dos servicios distintos pero que están interrelacionados, donde uno hace uso del otro para ofrecer sus servicios.
La infraestructura como servicio no tiene porque utilizar obligatoriamente un sistema de virtualización de servidores para ofrecer sus servicios, pero las grandes ventajas que ofrece la misma, hacen que sea el modelo ideal para las IaaS.
El modelo de virtualización de servidores permite que las infraestructuras como servicio sean una solución muy atractiva para las empresas, ya que les aportan múltiples beneficios como:
IaaS y virtualización no son dos términos sinónimos, pero están estrechamente ligados, ya que los servicios IaaS hacen uso de la virtualización para ofrecer sus servicios cloud. Cuando se contrata un servicio en la nube, se está contratando un servicio virtualizado que forma parte de un servidor físico, y del que se está haciendo uso de una parte de sus recursos.
La virtualización de servidores ha permitido que servicios como IaaS proporcionen a las empresas una opción ideal para la gestión y optimización de sus recursos TI, gracias a la maximización de los recursos existentes. Tanto el coste derivado del software y de los equipos hardware, como la configuración de los mismos, recae sobre el proveedor del servicio, librando a los clientes de tener que lidiar con ellos.
A pesar de que la tecnología de virtualización de servidores es sólida hoy en día y es la base de la infraestructura de servicios, ya se avista en el futuro una alternativa: FaaS (Serverless o Function as a Services) donde los contenedores y la interfaz sin servidores parece que triunfarán.
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